19 Jan

¿La interfaz definitiva?

La idea de interfaz está desapareciendo, precisamente porque su diseño está evolucionando hacia un futuro de invisibilidad y gestualidad. La forma en la que mañana (literalmente) interactuaremos con muchas de nuestras máquinas será muy parecido a como actuamos con nosotros mismos: (casi) sin darnos cuenta.

Olia Liliana ya dijo en Complete Turing User que en el discurso de los diseñadores, la idea de usuario está siendo sustituida por la de persona, de modo que se naturaliza e integra al propio ser humano el uso de un dispositivo electrónico. La máquina desaparece del terreno simbólico para esconderse en el real.

No por haber menos superficie de contacto entre los aparatos y quienes los utilizan, las máquinas serán más inexistentes. Se busca su invisibilidad, y es en esta estrategia donde la caja negra -ahí donde tienen lugar muchos de los procesos que hacen útiles nuestros gadgets-, se cierra aún más en sí misma. A más invisibles sean nuestros smartphones u ordenadores, menos control tendremos sobre ellos. En los 90 la mayoría de ordenadores de sobremesa venían con instrucciones y un mapa de los circuitos para que quien quisiera pudiera desatornillar la torre, mirar qué había dentro, y jugar con sus componentes. Ahora, cuando abrimos el envoltorio de nuestro portátil (por no hablar de los “teléfonos”), lo que encontramos generalmente es una fragancia que nos recuerda que eso que hemos comprado es nuevo. Es parte de la “experiencia”. Parece que nuestros aparatos están cada vez más rodeados de halos de marketing y menos rellenos de tecnología que pueda sernos realmente útil. Más comodidad equivale a menor control, en todos los sentidos.

En caso de emergencia apretar el botón rojo

Podría decirse que de todas las interfaces tangibles, la más sencilla es el botón. Eso es lo que seguramente hayan pensado los desarrolladores de Button Corporation al presentar BTTN, un botón rojo que lo soluciona todo… Sí, como ese botón rojo que lanza los misiles, ese botón que sólo hay que tocar en caso de emergencia. O como escribe Morozov, ese botón en el que clicar para salvarlo todo.

BTTN es precisamente eso lo que busca, sintetizar toda la complejidad del Internet de las Cosas en su aplicación a la domótica. Ejemplos: un abuelo podrá usarlo para apagar las luces del comedor, el termostato, y activar la alarma de la casa antes de irse a dormir; o una familia encenderá la cafetera, abrirá las persianas y activará la tostadora al despertarse. Lo que provoque el botón dependerá de lo que quiera cada uno, porque lo que hace es ejecutar una serie de algoritmos (del tipo si aprieto el botón pasará esto, y luego esto, y luego esto) previamente programados por (alguno de) los usuario.

Sin duda es práctico, pero ¿qué sucede si cambia el orden de prioridades de las acciones? La cantidad de esfuerzo que separa el apretar un botón con reprogramar una serie de instrucciones es abismal. ¿Y si algo falla?  ¿Cuántos niveles de error puede tener una casa inteligente? ¿Cómo se soluciona? ¿De quién dependerá la reparación? ¿Cuánto tardará? ¿Podrá funcionar una casa inteligente sin sus automatismos? ¿Realmente existe la necesidad de automatizar aún más nuestras vidas?

El gesto como interfaz

Otro sueño de ciencia ficción hacia el que se encaminan nuestros dispositivos es el de ser controlados simplemente con gestos de la mano. Como los guantes que usaba Tom Cruise en Minority Repport, pero con la dosis extra de sofisticación que siempre trae la realidad, la empresa ThalmicLabs ha presentado recientemente Myo, una pulsera (o cinta de brazo como dicen ellos) de control gestual. En pocas palabras, lo que hace es, literalmente -la empresa lo promociona así- crear un dispositivo de interacción sin esfuerzo. No se necesitará un control para manejar el drone o el coche teledirigido; ni tocar ningún mouse ni pantalla para navegar en internet; o usar ningún botón para sacar fotos o videos.

Esto abre un nuevo espectro en la relación que tendremos con las máquinas. Es un paso más hacia una la integración del ser humano con las tecnologías digitales, y de nuevo, en la desaparición de la fricción, se desvanecerán esos pasos intermedios que nos recuerdan que estamos utilizando algo que puede ser problemático y que nos modifica.

Esto son cosas que están por venir. Mientras tanto, podemos ir clicando en este botón mágico para ver si conseguimos arreglarlo todo.

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